Me disteis lo mejor de vuestra esencia
al transmitirme el germen de la vida
y vuestra fue la imagen recibida
en mi primer segundo de vivencia.
Nunca me repondré de vuestra ausencia,
la tuya, padre, apenas asumida
por mi mente infantil adormecida,
la tuya, madre, siempre en mi presencia.
En los días de amor y de bonanza,
siempre fuisteis la clave temperada
que matizó la voz de mi conciencia.
Todavía mantengo la esperanza
de escuchar vuestra voz necesitada
en la suerte final de mi existencia.
6 comentarios:
Me ha emocionado tu soneto, querido Fernando.
Los padres cuando se van nos dejan su esencia, pero también se llevan una parte de nosotros.
Abrazo inmenso
Querida Verónica: no hay soneto que pueda describir el amor hacia nuestros padres. ¡Qué suerte haberles conocido! un fuerte abrazo.
Querido Fernando:
Me has hecho emocionar con este bello y conmovedor soneto que has escrito para tus amados padres.
Recibe un gran abrazo.
Un abrazo muy fuerte, admirado poeta y amigo.
¡Pero qué hermoso!...me encantó. Un placer volver por aquí. Espero que sigan bien.
Francusca; poeta, gracias por su saludo. Un saludo afectuoso,
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