domingo, 28 de junio de 2015

Soneto a la inspiración.




A la inspiración.

Ascua, llama, fulgor, brasa encendida,
arrebatada voz de la locura,
impensable milagro en esta oscura
realidad, luz del todo inmerecida.

¿Cómo viniste y fuiste en mí nacida,
cómo en mí iniciaste la aventura
del don de la palabra y mi apertura
hacia la irrealidad de ti venida?

Inspiración, esclarecida idea
que todo lo define en la pelea
del verbo con el verbo, te demando

tu plena desnudez, tu permanencia
en mí, mientras yo siga trabajando
con tu luz invasora en mi conciencia.



viernes, 19 de junio de 2015

Breve relexión sobre la poesía en la Red.(1)







I.- El salón de los Rechazados.
Me gustaría trabajar diez años para escribir un poema de una línea sobre el Salón de los Rechazados, pero no tengo tiempo, la vida se me escapa y son tantas las sensaciones, tantos los recuerdos que estas maravillosas personas han grabado en mi vida que me sería imposible contener mis emociones, transcribir mis sentimientos, condensar mis lágrimas, describir mis afectos. Claude, Camille, Lucille, Blanche, Edouard, Henry y tantos otros pintores que me estáis esperando en vuestras tertulias, compartiéndolas esta vez con vuestras modelos, con vuestras mujeres y vuestros amigos del arte nuevo, del aire libre, de los colores, sabed que yo, en mi interior, estoy ya participando de vuestras tertulias y mis comentarios os estarán llegando por la vía de la luz y de las estrellas.

Vosotros, los que fuisteis rechazados por el Salón de 1863, lograsteis exponer vuestras obras en el Salón que autorizó Napoleón III, que vino a llamarse “Salón de los Rechazados”. Cuántos disgustos, cuántos sinsabores, pero cuánta colaboración, cuánto desprendimiento, qué caudal de amistad entre todos. Allí nació vuestra pintura nueva, abriéndose una etapa innovadora y creativa.

Yo no sé pintar, pero amo el arte. Siempre me interesó mucho la escultura de Rodin. Durante los fines de semana de mi vida en París el último año de mi estancia fuí a visitar dos veces el museo Rodin. Si bien admiro todas sus esculturas, por su belleza y por lo que significaron de avance en la técnica de su tiempo, la escultura que siempre me fascinó, hasta el punto de ir a visitarla a Londres fué la de los Burgueses de Calais. Esta escultura tiene una peana muy delgada, lo que facilita al visitante estar a la altura de sus figuras y sentirse muy integrado con los personajes. Siempre he querido buscar algún movimiento poético que se base no sobre un pedestal de nombres famosos sino en una simple y delgada peana de obras poéticas que nos permitiesen apreciar el verdadero valor de la inspiración, sin tener que escalar alturas desproporcionadas. Me espanta leer las obras completas de los famosos, llenas de miles de sumas de sílabas, en su mayor parte, salvadas sólo por unos cuantos poemas de valor. Si alguna vez, cuando yo parta, alguien quisiera hacer una escultura sobre la poesía, me gustaría ocupar el puesto del burgués Eustache de Saint Pierre compartiendo su suerte con un pequeño grupo de humildes poetas de la Red, sin honores ni premios, plenos de sencillez y entrega ofreciendo su limitada, pequeña y sencilla obra para ser expuesta, quizás en el futuro, en un nuevo "Salón de los Rechazados".

Esta posibilidad de poder estudiar y realizar una crítica sobre los poetas de esta escultura “sin peana” me ha inducido a iniciar lo que llamaré ”breve reflexión sobre la poesía en la red”. Naturalmente esta reflexión se ceñirá a algunos de los poetas que escriben en la red por mí elegida, de un forma individual, pero contemplando el universo que representan. Y desde luego con plena libertad sin sometimiento a estructuras preconcebidas.

Después de muchos años de leer poesía y escribir poemas en mi intimidad, no leídos sino por mí mismo,(cuando uno escribe el lector es uno, como escribió Jorge Luis Borges), el destino me llevó a participar en un "blog "de poesía, que es una bitácora de poemas enviados electrónicamente a una red creada dentro del sistema Internet, susceptibles de ser compartidos y comentados por los demás participantes de ese mismo" blog" La posibilidad de que mis poesías fueran leídas al momento de escribirlas y de recibir comentarios a las mismas de una forma inmediata me cautivó, así como la posibilidad de leer alternativamente las poesías publicadas en cualquier momento por los poetas incorporados a la red. Traté de explicarlo en un soneto que escribí a Emilio Gómez, poeta cántabro, agradeciéndole el interés que puso en que yo me incorporara a la red de forma definitiva:

Viniste con calor, amigo Emilio
hasta mis versos nuevos y distantes
buceando en mi mar de consonantes
deshaciendo ataduras de mi exilio

y acercaste mi voz al nuevo idilio
de una red de poetas dialogantes
comentadores finos, diletantes,
émulos de Teócrito y Virgilio.

Se supone tal vez que cuando un poeta presenta unos estudios de crítica poética, lo ha de hacer con un ademán de pedir excusa; al poeta, según una idea órfico romántica normalmente vigente, le está vedado el uso del pensamiento por ser él instrumento pasivo de la inspiración, del fluido poético que cae desde lo alto o más probablemente, que asciende desde lo profundo de la tierra y le posee su embriaguez divina (José María Valverde). Yo, dicho sea de paso, creo quizás también románticamente, que los verdaderos poetas han heredado, como Orfeo de Apolo y la musa Calíope, el don de la música y la poesía. Admito también, naturalmente, la importancia de la palabra, pero creo en esa inspiración inesperada y embriagadora de los poetas.

Que la música y la poesía van a menudo entrañablemente unidas se evidencia leyendo a poetas como Gerardo Diego que afirmaba;”No es necesario cantar en ningún momento, de eso ya se encarga mi verso” Aunque la poesía y la música evolucionaron por caminos singulares y distintos, utilizando la música instrumentos variados, la poesía se basó fundamentalmente en el instrumento de la palabra, lo que no es poco, utilizando repeticiones, aliteraciones, juegos de palabras y, por supuesto, rima.

Hablar de la unión poesía y música se evidencia con nitidez en la red, unas veces por la musicalidad intrínseca de las poesías enviadas y casi siempre por la utilización de la técnica de internet para acompañar a la palabra escrita con el sonido musical, complementándose ambas con la impresión en las entradas de fotografías, videos y otras singulares y virtuosas técnicas.

Como dije anteriormente, no deseo sujetarme a ninguna estructura preconcebida para continuar mis ideas, porque me he propuesto exponerlas obedeciendo aquello que decía una canción popular vasca

Iruten ari nuzu,
Khilua gerrian


Que traducido al español quiere decir

La rueca en la cintura
Es mi tarea hilar

Y digo bien español y no castellano, porque uno de los atractivos de la red es la presencia de numerosos poetas de habla española que intervienen activamente y nos ofrecen un panorama de las letras universalmente español, aportando nuevos vocablos y modismos que enriquecen nuestro maravilloso idioma.

Los poetas que se integran en la red pueden incluir su currículum vitae personal, especificando su nombre y apellidos, aficiones, trabajos realizados y su página web, al objeto de comunicarse con los demás. Sin embargo, cada miembro puede poner los datos que desee, no teniendo ninguno un carácter obligatorio. Esta es una de las virtudes de la red de poetas, la comunicación distante y no personal,que sin embargo se convierte con el tiempo en muy afectiva. La absoluta libertad personal para publicar su poesía o su comentario favorece una interrelación honesta del pensamiento. Por ello, cuánta colaboración, cuánto desprendimiento, qué caudal de amistad entre todos. Esto producirá, sin duda, el nacimiento de una poesía nueva, abriéndose como a los artistas del Salón de los Rechazados, una etapa innovadora y creativa.


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martes, 16 de junio de 2015

La poesía y la música en nuestra red.



                                 Orquesta nacional de españa.



La poesía y la música en la red.

"ut queant laxis / resonare fibris / mira gestorum / famuli tuorum / solve polluti / labii reatum, Sancte Joannes" (Antiphonale Monasticum, 922, Liber Hymnarius, 382).


Inicio esta reflexión sobre la música y la poesía en la red citando el texto anterior para recordar a Guido d'Arezzo (992-1050), monje benedictino italiano, que fué el renovador de la notación musical, y dió nombre a las seis primeras notas de la escala (ut, re, mi, fa, sol, la), basándose en la primera sílaba de cada uno de los versos del himno de San Juan Bautista, escrito por Pablo el Diácono "Ut queant laxisqueant ". El italiano Bononcini (m. en 1673), como el sonido ut, por ser cerrado, no parecía prestarse tan bien a los ejercicios de solfeo, lo suplió por do, sílaba más abierta y más sonora, pero los franceses todavía usan a veces el ut.

Desde niño he sentido una profunda admiración por el desarrollo realizado por el hombre para conseguir la notación de los sonidos musicales. Su trabajo de autoreflexión, su intercambio de esfuerzos y la expansión de los conocimientos adquiridos, ha permitido el progreso asombroso de la notación del canto oral y la música escrita y posteriormente ejecutada en instrumentos diseñados y perfeccionados en unos muy cortos períodos de tiempo.

De la tradición musical oral se pudo pasar a una noción griega: la música teórica. El canto no estaba considerado como la música verdadera, que es una ciencia al nivel de los estudios más superiores. Desde entonces se abre un foso: a un lado están los cantores tradicionales, que graban en la memoria y transmiten los textos importantes pero que ignoran la teoría musical; al otro lado están los sabios, para quienes esta ciencia llegó a formar parte del trivium (gramática, retórica y dialéctica), ciencia del lenguaje en el que la música analiza el ritmo verbal, o del cuadrivium (aritmética, geometría, música y astronomía), ciencia matemática y física que realiza el análisis acústico de los sonidos. (Mirtha Facundo - La música Académica)

Creo, quizás románticamente, que los verdaderos poetas han heredado, como Orfeo de Apolo y la musa Calíope, el don de la música y la poesía. Admito también, naturalmente, la importancia de la palabra, y sigo creyendo en la inspiración inesperada y embriagadora de los poetas.

Que la música y la poesía van a menudo entrañablemente unidas se evidencia leyendo a poetas como Gerardo Diego que afirmaba;"No es necesario cantar en ningún momento, de eso ya se encarga mi verso"

Aunque la poesía y la música evolucionaron por caminos singulares y distintos, utilizando la música instrumentos variados, la poesía se basó fundamentalmente en el instrumento de la palabra, lo que no es poco, utilizando repeticiones, aliteraciones, juegos de palabras y, por supuesto, rima.

Hablar de la unión poesía y música se evidencia con nitidez en la red, unas veces por la musicalidad intrínseca de las poesías enviadas y casi siempre por la utilización de la técnica de internet para acompañar a la palabra escrita con el sonido musical, complementándose ambas con la impresión en las entradas de fotografías, videos y otras singulares y virtuosas técnicas.

Como dije anteriormente, no deseo sujetarme a ninguna estructura preconcebida para continuar mis ideas, porque me he propuesto exponerlas obedeciendo aquello que decía la canción popular vasca:

Iruten ari nuzu
Khilua gerrian


que traducido al español quiere decir:

La rueca en la cintura
Es mi tarea hilar


A fuer de ser repetitivo, deseo indicar que una crítica (del griego κριτικός "capaz de discernir") es, y naturalmente lo es en mi caso, una mera opinión personal, resultado de las impresiones que me han ido produciendo las lecturas de las poesías, relatos y opiniones de los participantes en la red. Las afirmaciones de cualquier estudio crítico deben llevar normalmente un apoyo documental, pero yo voy a ser simplemente un observador, al mismo tiempo ingenuo y amigable , sólo permitiéndome, como acompañamiento de mis observaciones, citar o publicar obras y pensamientos de los amigos de la red, asumiendo que la amistad estará siempre por encima de mis posibles opiniones porque, como decía R.M.Rilke en sus "Cartas a un joven poeta" "Nada es tan ineficaz como abordar una obra de arte con las palabras de la crítica".

Atendiendo a este espíritu, no me voy a apoyar en ningún aparato documental, sino que me voy a limitar a citar a los autores de las ideas o comentarios que se incluyan en este estudio crítico, con plena libertad y sin sometimiento a estructuras preconcebidas, como expuse anteriormente, y recorrer un camino sobre un conjunto de obras de arte humildes, expresivas, de altas cualidades personales y lanzadas al aire con la desenvoltura de una naturalidad inteligente y cautivadora.

A veces la poesía se refiere a un instrumento concreto, idealizándolo, como en el poema de Azpeitia sobre una guitarra, creando metáforas deliciosas que nos transportan al silencio de la noche, donde resuenan sus acordes hasta el amanecer:


Guitarra de medianoche.

Seis cuerdas cruzan tu cuerpo
de madera repujada,
seis vírgenes anudadas
entre trastes y tornillos,
que cantarán con mis dedos
esquinas de madrugadas.

Verjas de hierro entreabiertas,
se asoman a las ventanas
escuchando conmovidas
el llanto de tus seis voces.

Tres se quejan llorando,
las otras tres,… solo cantan.

Cuerpo de mujer valiente,
ciega de luz y de enaguas,
crispada de seda y brillos,
no quieres que llegue el alba.

Verjas de hierro que escuchan
indiscretas tus suspiros,
tres son graves, tres me llaman.

Estremecida la noche….
se durmió sobre la cama,
la luz no quiso escucharla.

Mañana cuando despiertes,
el sol quebrará tus ansias….


En ocasiones, la poesía describe intuitivamente el momento de la creación musical en la mente de Beethoven como Soledad Sánchez Mulas en su poema “Silencio”


Silencio

Y un susurro de notas en la mente,

vivas dentro, hendidas en la carne
que se ha abierto al barbecho
en la muda distancia
de un pentagrama negro.

Silencio... y soledad.

El genio y el arrullo del nueve
gestando dentro,
mágica enéada sorda a los aplausos,
acunando las almas
en cuatro afortunados
movimientos.

Silencio, soledad... y silencio.

Un bosque silencioso
de arracimadas notas suspendidas
en las ramas del pecho,
una preñez de mudas alegrías
para el mundo,
el genio quieto,
con la piel erizada
y el oído del alma agigantado.

La ejecución personal de la música en el piano quise reflejarla yo mismo, intentando describir en un poema mi emoción al tocar personalmente una maravillosa composición del pianista Frederic Mompou :


Cançó i dansa nº 6


Me encuentro tocando, Frederic
tu danza pausada, lenta,
apenas un débil latido del corazón;
son mis dedos los que tiemblan
al no poder medir tu emoción interna
en notas arrancadas de lo profundo de ti,
sonar de tu íntimo campanario,
expresión de tu contención y reserva.


A veces una nota leve, tímida
que parece diluirse, solitaria,
entre los acordes medidos
de tu caudal de pretérita emoción.


Y luego la danza otra vez,
unas pocas notas,
otra vez el repique triste de campanas,
como expresión del drama de la vida,
un tañido humilde de tu juventud,
apenas perceptible
y una nota grave, aislada, espléndida,
cerrando tu danza final.


Noray, en un hondo poema, desborda la música romántica sobre la naturaleza escuchando una espléndida ejecución pianística de Rubinstein:


Cuando Rubinstein interpreta a Chopin.


Los pétalos de los girasoles
están destinados a morir de amor
cuando Rubinstein interpreta a Chopin
al llegar cada puesta de sol

También los lirios azules
terminan estremeciéndose de frío
si se descubre el crepúsculo
y en sus entrañas se abre el vacío.

Sólo las heladas magnolias
saben esperar ese instante preciso
que, aunque siempre es efímero,
late en el ardor de la memoria.


Guillermo R. Galgiardi. (Revista Filomúsica) nos deleitó con un poema de una dimensión y un tiempo universales :

Siempre Wagner.

Siempre Wagner.

Vuelve a subir mi sensibilidad.
y a bendecir mi entendimiento.

Se levanta mi alma
en las alas de su música excelsa.

Nada, nada,
puede compararse
con la cima de esas ondas sonoras.

Altura, cumbre,
ascenso a esferas superiores, indecibles.

La mayor herencia de mi padre,
que me aproxima al Otro, Divino.

Reina el supremo arte
de Guillermo Ricardo Wagner.

En sus círculos centrífugos:
Todo.
¡Siempre Wagner!



Escribí en una de mis reflexiones sobre la poesía en la red que, cuando el poema nace de la ensoñación, como resultado de una profunda llamarada interna que viene desde lo alto, o de lo profundo de la tierra, no existen límites para su desarrollo, ni cauces referenciados a un fin determinado, pero cuando el poema nace al escuchar la música, todo cambia, y el poeta se encuentra con un objetivo concreto. La música está allí, sonora, desafiante, llenando nuestra alma, esperando la decisión del poeta, que tiene que percibirla y comprenderla para poder escribir sobre ella.

Alcanzar la esencia de la música al escucharla depende de muchos factores. Uno muy principal, del que tanto se habla, es el oído musical, pero existen otros muchos factores, como la educación recibida, el ambiente familiar y la educación musical, entre otros muchos. Lo que se entiende como oído absoluto es la habilidad de nombrar y reconocer estímulos auditivos aislados sobre la base de la nota misma sin ninguna referencia externa.

Dicho de una manera sencilla, si una persona teclea una nota del piano sin que pueda verse el teclado, el poseedor de oído musical absoluto puede identificar el nombre de la nota y su octava.

Los poseedores de oído absoluto no llegan a una de cada diez mil personas. El oído más «útil» para un músico es el oído relativo, ya que el oído absoluto prácticamente no tiene ningún uso práctico en la percepción y ejecución de la música, excepto en la facilidad para acompañar y tocar en grupo, al ser el instrumentista capaz de oír las notas exactas en las que se encuentran los otros intérpretes. También los directores de orquesta pueden beneficiarse de esa capacidad.

El oído relativo (de «relación») es el que permite percibir si alguna frecuencia dentro de una obra está desafinada, o sea, está en desacuerdo en «relación» con todas las demás frecuencias de la obra. Generalmente la persona que posee oído absoluto también posee un buen oído relativo.

También sería posible escribir un poema sobre una música, no sólo por su percepción auditiva, sino por la percepción visual de una partitura. Un buen amigo mío, director de la Orquesta de la Comunidad de Madrid, me contó un día que preferiría quedarse sordo a quedarse ciego, porque es capaz de percibir el sonido musical leyendo la partitura “desde abajo hasta arriba y desde la izquierda hacia la derecha”. ¿Increíble, verdad?
Recordaba yo, al iniciar estos trabajos sobre la poesía en la red, la frase “Como si nunca hubiera sido mía, dad al aire mi voz “, de Claudio Rodríguez . Esta idea de libertad para expresar las opiniones en la red, produce muchos buenos encuentros y espléndidas discusiones a través de los comentarios, llegándose a una verdadera amistad entre los participantes, no por cercanías físicas, sino espirituales. Recuerdo, por ejemplo, una estupenda discusión entre Antonio Martín Ruiz y Amando Carabias María, hablando sobre el Oratorio de Navidad BWV248 (Bachswerkeverzeichnis 248) y La Pasión según San Mateo (BWV244) de Johann Sebastián Bach. Merece la pena intervenir en esas tertulias de la red y enriquecerse con la opinión de personas tan interesantes.

Existen alguna entradas en la red que nos permiten el acceso a una música de privilegio. “El coro de los niños de Tölz( realizado por Euterpe) o “La Música Académica”, de Mirtha Facundo, por ejemplo, nos permiten la posibilidad de estar al tanto de los movimientos musicales más completos.
Sobre la disparidad entre poesía y música, Marcos Pallau interviene con una décima aplicada a la frase “La música empieza donde acabe el lenguaje”, de Ernst Theodor Wilhelm Hoffman, compositor y cantante tenor alemán, que formó parte del movimiento romántico en la literatura de su país.

Décima a Hofmann.

¿Música quieres escuchar
en lugar de oír mi verso?
¿Quieres nublar mi universo?
¿No quieres adivinar
el lado oculto inverso
que mi alma te revelará?

Cuando mi corazón abras
mi poema confesará
que esa música empieza
donde acaben mis palabras.

Para terminar esta breve crítica sobre nuestra red y teniendo en cuenta que yo quise ser pintor, quise ser poeta, quise ser músico y soy el trabajador de esta entrada, me voy a dar la oportunidad de publicar dos brevísimos poemas escritos por mí sobre dos magníficos músicos catalanes:

Al escuchar la interpretación que grabó Pau Casals de la tradicional canción catalana “El cant dels ocelles” en el auditorio de la Casa Blanca de Washington me decidí a escribir un soneto como homenaje a este sensacional violonchelista.

El cant dels ocelles.

Un gorjeo de aves, un rumor,
un trémolo, la música enraizada
en tu tierra, primavera evocada
en inicial escena de candor.

Los pájaros esconden su temblor
en tus manos creadoras y ya nada
impide que suene, emocionada,
la nota sostenida del cantor.

Distancia, lejanía, abatimiento,
prolongada tristeza del momento,
los bajos se mantienen dominantes.

Un último aleteo decreciente
sobrevuela tenuemente los entrantes
y sostiene la nota concluyente.


El estudio en si menor de Fernando Sor
fue mi interpretación favorita cuando estudié guitarra clásica,
escribiendo este poema en base a la interpretación del maestro Narciso Yepes
que consiguió, en mi opinión, un sonido especial.


Un sonido especial.


Un sonido especial, acompasado,
repetición precisa y consistente,
una emoción auténtica y latente
en la digitación del encordado,

un inicial momento adolescente
del músico estudiante enamorado,
un sentirse a los cielos transportado
por una pulsación arborescente.

¿Podré medir el tiempo de mi vida
sin oírte otra vez y regresarme
con esta precisión de ti aprendida?

Vivir de nuevo quiero tu armonía,
y en tu pulso vital abandonarme,
porque si no pudiera moriría.


Espero, queridos amigos, realizar lo más pronto posible otra Breve Reflexión sobre las poesías de la red. Hasta entonces, un abrazo ab imo pectore.

De nuevo en Alcocebre.


De nuevo en Alcocebre.

No sé si recordando o descubriendo
nuevos paisajes, cosas diferentes,
un idioma distinto, nuevas gentes,
mi discurso verbal entretejiendo,

he tomado la pluma describiendo
las hondas emociones emergentes
de las vivencias, hasta ahora ausentes,
que en este nuevo encuentro van surgiendo.

Llegados hasta mí, por mí sentidos,
el viento, los colores, los sonidos
del Alcocebre nuevo contemplado,

quisiera reflejar en estos versos
mi amor hacia este pueblo reencontrado,
mi alma y mi corazón en él inmersos.


domingo, 7 de junio de 2015

Soneto a una concha en la playa.



A una concha en la playa

El sol la claridad desencadena
y platea las crestas de las olas,
desde arriba, como un pintor, a solas,
con grande densidad y calma plena.

Tú permaneces quieta, tú morena,
valva abierta en rumor de caracolas,
débil es la blancura que acrisolas,
quemada por la luz sobre la arena.

Lo tuyo ha sido más que una aventura,
un crucero de océanos y mares,
con drásticas tormentas de novicias,

y despides tu flébil hermosura
aquí, cerca del mar y de tus lares,
entregada a la playa que acaricias.




martes, 2 de junio de 2015

Soneto a mis padres.

Me disteis lo mejor de vuestra esencia
al transmitirme el germen de la vida
y vuestra fue la imagen recibida
en mi primer segundo de vivencia.

Nunca me repondré de vuestra ausencia,
la tuya, padre, apenas asumida
por mi mente infantil adormecida,
la tuya, madre, siempre en mi presencia.

En los días de amor y de bonanza,
siempre fuisteis la clave temperada
que matizó la voz de mi conciencia.

Todavía mantengo la esperanza
de escuchar vuestra voz necesitada
en la suerte final de mi existencia.