miércoles, 28 de noviembre de 2012
Muerte en el hospital
Una lágrima enturbia
el iris de mis ojos,
un olor de anestesia me envuelve
mientras avanzo
entre camillas aparcadas
y convalecientes que deambulan
cosidos a tubos de plástico;
sangre,
orines,
zapatillas de fieltro,
batas verdes
que cruzan fugaces.
Sigo caminando
por pasillos asépticos,
entre rosas rojas,
y llego a un número cierto,
ya identificado.
Abro una puerta imaginada;
te miro
a través del iris turbio por las lágrimas
y te grabo para siempre
en mi memoria
hasta nuestro reencuentro.
viernes, 23 de noviembre de 2012
A una muñeca.
Es una muñequita de ojos azules y cabellos dorados,
una corza blanca que brinca sobre la nieve,
un hada que tiene una varita mágica.
Cuando me golpea con su varita
el ratón se convierte en caballo
y la calabaza en un coupé.
Es y no es, está y no está;
cuando suena el reloj, ding-dong, se desvanece
y sólo queda de ella
un aroma de rosas y alhelíes.
Sus pies son de charol y sus labios de terciopelo,
habla con los ojos y dice sí-no-sí-no,
y cuando se mueve suena un frú-frú
de faldas y enaguas.
Es una porcelana blanca con dibujos dorados,
una gaviota que sobrevuela el mar.
Cuando se convierte en ola marina
rompe el acantilado,
lo convierte en arena y lo mete en un reloj.
Cuando se acaba la arena se desvanece en un tris-tras,
quedando sólo de ella
un aroma de algas y profundidades marinas.
Es un hada mágica, de nácar transparente,
que se ha metido dentro de mi corazón
y me golpea con su varita mágica
acelerando sus latidos, tic-tac-tic-tac
las 24 horas de mi largo día.
viernes, 16 de noviembre de 2012
Carmencita jugando
Tu azotea es un lugar de ensueños,
de silencios, de soledades,
donde se extiende
la delicia de una niña en cuclillas
jugando con maternales enseres.
No hay nada más allá de la baranda,
el mundo se ha conformado aquí
y es donde vives, amas, juegas,
con la intensidad de una realidad distinta,
con la emoción de un mundo nuevo.
Te miro rodeada de nubes
que sobre ti envidian tu azotea
porque está llena de vida
y de ternura; te imagino,
Carmencita querida,
recibiendo a los ángeles
que bajan por una escalera de colores
a jugar con tus cosas
y a compartir tu soledad de niña.
Al cuadro del pintor Antonio López ”Carmencita jugando
martes, 13 de noviembre de 2012
Tú y yo
Tú y yo hemos encontrado juntos
una abertura
entre montañas de dogmas y recelos.
Hemos recibido la claridad
de los momentos únicos y emotivos
de nuestro amor incierto,
soslayando amenazas míticas,
sintiéndonos
sobrecogidos y temerosos
por gozar la limpia fusión
de nuestras almas y nuestros cuerpos.
Tú y yo.
Lo demás no importa.
Vuelan los pájaros sobre los bosques y montañas,
destellan los charcos,
abre el viento caminos entre las nubes altas,
enciende el sol la tierra,
zumba la moscarda,
doblan las campanas,
silban las culebras,
y se ciernen sobre nosotros las alegorías,
las leyendas bíblicas,
los límites,
los mantras,
mientras nosotros estamos viviendo
nuestro espacio de libertad,
aprendices de la lucha en esta guerra
creada por nuestro entrañable y valeroso amor.
¿Te das cuenta
que nos amamos,
que solo existimos nosotros
fusionados por el amor esencial
gracias al cual
yo estoy en ti y tú en mí?
¿Verdad que nuestra vida es ahora maravillosa,
que nuestra entrega es especial,
que ha valido la pena nuestra mutua atracción?
El amor que estamos viviendo,
nacido desde la hondura,
es ahora plenamente aceptado por la brisa,
los pájaros,
las nubes,
los charcos plateados
y las campanas que suenan
movidas por el viento de nuestra pasión,
inédita,
que nos hace respirar un aire nuevo
lejos de las oscuras profundidades
en que se ocultaba.
viernes, 9 de noviembre de 2012
Juan Ramón, Miguel, Antonio
Juan Ramón, Miguel, Antonio,
esperadme
mi intolerable retraso
perdonadme
si me obsesionan mis versos
relajadme
si me obsesionan los vuestros
recordadme
si arribo antes de tiempo
situadme
cerca de vuestras esencias
elevadme
si ha fallado mi sustancia
inspiradme
y si caigo en la tristeza
consoladme
cuando yo esté preparado
llevadme
si cometo alguna falta
rechazadme
antes de iniciar el viaje
avisadme
y si llego hasta vosotros
preparadme
porque yo os debo mi verso
recordadme
porque me siento muy solo
acompañadme
y en vuestro insondable espíritu
habitadme.
sábado, 3 de noviembre de 2012
La palabra.
A veces el silencio deja pasar a la palabra,
cuando la luz del día se extingue
y estoy solo en mi mesa,
leyendo, meditando, escribiendo.
¿Por qué me dieron los dioses la palabra,
qué sentido tiene utilizarla
si no es para comunicarme con los demás
y recibir de ellos la sustancia de la vida?
Abro los libros y viene la palabra,
siempre distinta, creativa,
y me envuelve su densidad,
me acaricia su cercanía,
cuando puede que su origen
venga de un tiempo muy lejano.
Escritores, científicos, poetas,
me otorgan su palabra, y yo,
mientras llega la noche,
la acepto, la asumo, y mi espíritu
renace ante su presencia.
Amo la palabra y en ella me adentro
buscando símiles, significados
y creo firmemente que estoy recibiendo
desde la profundidad de los tiempos
o la cercanía de las cosas
la tarea de comunicar a los demás
esas ideas, esas intuiciones que recibo
a través del prodigio de la palabra poética.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)